viernes, 19 de septiembre de 2008

la piedra que todo olvida

Para poder descifrarme por completo, encarno un papel ajeno del cual tengo solamente vestigios de iniciación en mí. El rol que cumplía con esta simulación tiene un solo objetivo claro y simple.
Entiendo que una vez terminada la comprensión, debo volver a quien fui en un principio. Pero ¿qué pasa si me siento cómodo una vez asumido el papel opuesto que me define?
Entonces queda esa duda por descifrar. De la única forma que podría hacerlo, es a través de la prueba. Experimentar con lo nuevo y diferente.

No hablo de comodidad desde un plano de inacción, sino, desde el placer de consentirme con una sensación completamente opuesta a lo que mi realidad refiere normalmente.

Pero si constantemente estoy intentando definir esa normalidad a traves del cambio, no voy a poder resolver el enigma de qué es lo normal para mí.

Mimetizado con mi mentira
alcanzo la cumbre del allá
olvido el pasado, lo reinvento
y hago una versión desproporcionada
de la capacidad inmoral de mi estado

Cumpliendo lo afirmado
hago cuenta falaz del ser
la realidad me extraña desde hoy
al verme minimizado en un camino
del cual existe un final, sin salida

Entonces vuelvo sobre mis pasos
para descubrir mi error
pero no me doy cuenta que
el error fundamental de esto
es el hecho que justamente
me atrapa en la vuelta

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